Isaac Soriano

En el instante que te conocĂ­...

En el instante en el que te conocí, no te tomé tanta importancia; me parecías como cualquier persona en la vida... Alguien que de manera extraña resultó ser la persona que más me importaría en la vida.
En el instante que te conocí, me parecías medianamente ordinaria, tu piel clara, tus labios rojos (porqué ese día te los habías pintado) tu cilueta tan ordinaría como cualquier mujer a tu edad; estimulante a la buena vista... Pero eso no me importó, lo que verdaderamente me importó en el instante que te conocí fue el momento exacto en el que vi tus ojos, tan puros, tan hermosos, tan dulces... No te conocía entonces, pero en el instante en el que vi tus ojos, supe que no eras como cualquier otra persona. Eras tú. 

En el instante en el que te conocí, no identifique tan fácilmente tu buena personalidad, tu buen ser; me tomó más de seis meses tan siquiera hablar contigo breves minutos... Parece complicado pensar que desde que te conocí me enamoraste; aquella persona que un día dejó de pensar en el amor como un invento barato que los medios utilizan para vender a las mentes, había caído... 

En el instante que te conocí... Sabía que lo nuestro sería especial. 
Te amo, A.