Intuías que te necesitaba, y navegaste hasta mi cama
saludaste rodeada de tu beldad, toda vestida de blanco
como si te fueras a matrimoniar.
Sonriendo, sin ocultar en tus ojos
la lunática alegría que te da regresar,
cuando te haces esperar.
Te fotografío con la desmemoriada memoria
Con la que recuerdo cada cosa
Y cada olvido se va.
Las apáticas nubes de la noche
Te quieren arrastrar
Y llevar hacia algún lugar
Tu brillo cada vez más, se quiere aminorar.
Ahora taciturna te confundes entre ellas
Que están emigrando como algún ganado.
No vistas de negro, deja ese atuendo
Para algunos rockeros.
Tus fuerzas se acaban
Y el azulado cielo se ha llenado de grises
Manchando tu vestido.
No voy a cerrar mis ojos, por que quiero platicar
De un loco amor que no es amor.
Vuelves a sonreír y más luego te vas
En busca de tu amor el astro sol.
Son las tres con treinta
El efímero tiempo ya te lleva lenta,
Nocturna princesa.