Tal vez te llevaron, hombre,
tal vez aquel asfalto
de espuma de mar,
era la comisura de su destino.
En ti fue órdago y raiz,
semilla de tus carnes y tú,
la misión que tenías que cumplir.
A ti, hombre de ley,
se te dio la ofrenda..
Y no creas que la vida
despojó de tus retinas sevillanas,
el fruto y la vid del amor..
Allá, allá seguirás viendo
entre nubes de polvo y
suspiros de tierra,
el fruto engendrado de tu misión..
Un orgullo señor,
ser cómplice y ejecutor
de las mariposas
que desmembran mis entrañas...
...y tal vez las suyas.
Que mis palabras vuelen como elio,
y puedan justificar
esto que siento y que entrego.
Usted, el camino y la verdad,
la ilusión perenne
y el amor a raudales
que verá de seguro
como a través
de una gigantesca mirilla.
Prometo en esta tierra no tan firme,
ser perpetuo ejecutor de su entrega,
ser la vida y el estandarte,
la gloria y el pilar,
ser mi propia muerte,
mi guerra y la libertad,
le prometo señor tender mis alas,
elevar la paz y la salvación
y hacerle entrega también
del corazón que me ofreció,
con los palpitos que retumban,
de mi propio corazón...