Día de fiesta hace años, cuando estábamos todos juntos, donde nos sentábamos viendo a tu descendencia y haciendo caricaturas de nuestros gobernantes, sean quienes fueran, porque el diálogo fluía con sonrisas del gusto de unir a familia y amigos.
Hoy, si estuvieras por aquí, ni siquiera perderías el sabor de otra gran conversación.
Incluso tenía un viaje programado, porque los momentos que pasaríamos serían inolvidables.
Pero recordar es vivir, y en mi caso es imposible olvidar.
Y el 24 de octubre, siempre haré tu felicidad, estés donde estés.
Felicidades mi querido primo.