Me hubiera gustado que me dijeras adiós. Que te despidieras, que me tomaras en cuenta.
Es evidente que no te iba a detener, ni tratar de intentarlo. Ya había visto crecer tus alas, tu desatino. Me preocupaba que no tuvieras un plan de vuelo. Volar solo por tener alas, sin conocer, sin conocerte; representa un riego de vida. No soy experto en vuelo, solo viejo.
Tengo mis alas y conozco los vientos, no toda guitarra está hecha de fina madera, nos decía el gran Atahualpa, por eso no suenan bellas las canciones, hablan de amor, pero son engañosas, lo mismo pasa con el cielo, con el camino. No siempre nuestro vuelo nos conduce a la felicidad, hay vientos y vendavales que nos hacen caer, furtivamente heridos.
Te vi crecer, asomarte a la vida, admirarte de sus maravillas, refugiarte de miedo en mi regazo, dormirte con mis cuentos inventados, alegrarte con mis canciones, caminar de la mano por el parque, limpiar tu cara, después de disfrutar un pastel de aniversario. Recuerdo tu pasión por la lectura sin saber hacerlo, sorprendías, cuando inventabas que leías… a tu corta edad, ¡prodigio de niña!, Decían todos
Yo me quede cavilando, queriendo tener algún sentimiento de culpa por tu partida, encontrar en ella y en mí, algún motivo dado para que tomaras esa decisión. Pero esa fue hace muchos años, precisamente en una noche de verano al ingresar a la universidad, deje más de cinco mil motivos en tu madre, que dieron por resultados tu presencia. Yo al igual que tú, he sido un Quetzal en vuelo, voy de cielo en cielo, sin buscar nada y encontrando todo. Conocemos el idioma del camino.
Que puedo decir ante tu partida, que reclamo pueda existir… ¡Qué culpa! No, no hay culpas ni reclamos, tampoco ataduras ni ruegos que puedan detenerte. Ve, con la bendición del universo, que Zeus, te proteja. No hay lecciones nuevas, se aprende a caminar caminando y se intenta volar saltando. Se canta al expresar y se escribe sintiendo. El amor es una bella y entretenida búsqueda, que no tiene tiempo ni lugar, pero existe detrás de todos los nubarrones y debajo de una lagrima. Ciao Piccolo mio
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO