Cansado de odiar, te amo,
a nadie te pareces desde que yo te amo,
entre la raíz arterial del bálsamo,
amo la fuerza, y de la fuerza que amo.
Y el hecho de que te amo,
que centellean como mi alma cuando te amo,
las raíces caminantes del bálsamo,
ahora recorro tramo a tramo.
Vive esa suerte de mujer que amo,
si tu eres mi amor, te amo,
pues aquellos que mejor amo,
y esto lo encuentro hermoso y lo amo.
Y no sé, tanto te amo,
los ojos de los que amo,
para ver si la amo,
el trabajo mata al asno, pero no mata al amo.