Rafael Escobar

¡VIVIR LA VIDA!

 

 

Las horas, los minutos, los segundos,

veloces como el río se deslizan;

sus brumas nuestros sueños los tapizan

con nieves, que los dejan moribundos.

 

Con vientos muy severos y errabundos,

sus alas de impiedad, los neutralizan;

y bellas ilusiones paralizan

volviendo los ensueños infecundos.

 

Por eso debe siempre de vivirse

al tope de placeres la existencia;

y llenos de fervor poder vestirse

 

con flama de fulgente incandescencia;

y todos los pesares sacudirse

teniendo de coraje fuerte esencia.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.