Tú mis versos nunca entiendes
aunque escribo para ti;
mis deseos los enciendes
con tus labios carmesí.
Tú mis letras no comprendes,
vuelas como un colibrí;
si volar siempre pretendes
vuela siempre junto a mí.
Si mis versos no te llegan,
donde deben de llegar…
¿Qué más yo debo esperar,
si tus labios siempre juegan
si también ellos se niegan,
cuando los quiero besar?