A contraluz,
con velada voz,
la cotidiana melancolía
del héroe romántico
cultiva
las nuevas formas
de la lírica.
La sencillez,
siempre en vigilia,
sutil depura
los limpios colores,
cincel soñado
de ritmos y armonías.
Con variedad métrica,
la aureola errante
de las musas aladas,
se evade, solitaria,
en una vaguedad estilista
de poetas libres.