Cuando el día nace muerto
y de luto viste el cielo
el sol respeta su duelo
y se apaga el firmamento.
A llorar se echan las nubes
frías gotas de lamento
y compartiendo el sufrimiento
braman los mares azules.
En las calles solitarias
ven pasar corriendo al viento
con un triste sentimiento
va rugiendo sus plegarias.
Las hojas bajan de las ramas
Para postrarse en el suelo
Con tristeza y desconsuelo
También croarán las ranas
Las aves todas en su nido
En ese duelo santo
Evitarán cualquier canto
No emitirán ni un silbido.
Los charcos cual fino espejo
Verán nubes de negro traje
Peregrinando en ese viaje
Como una parte más del cortejo.
Y superando su propio tiempo
la noche aquí se quedará
y un trueno exclamará
¡por qué..?
¡porqué el día nació muerto!
Pablo Berkell