Por lo que veo, ha sido en vano
Lo poco que he hecho,
Lo que he vivido.
Ya no veo que camino tomar,
Ya no tengo ganas de nada.
Mi vida, frustrada desde el principio,
Ha sido un vaivén de desengaños.
Tal vez herencia de mi padre,
Acompañado del mal de amor de mi madre.
¿Que vengo siendo yo?
O mas bien,
Una pregunta que me he hecho mil y una vez:
¿Quién soy yo?
Un día, mi vida es soleada,
Ya no me alegro
Por que se que el día siguiente,
Va a ser un caos de lluvia,
Truenos y vientos que van a mil.
Y ahora… ¿Qué me espera?
Pues ya que mas da.
Cuando mas de ellos necesito,
Es cuando me dan la espalda.
Ya no tengo en quien confiar,
No tengo padre, y casi no tengo madre.
O eso es lo que parece
Pues es poco lo que se de ellos
Y nada lo que saben de mí.
A mi madre, la quiero
Por que se que ella me quiere
Pero nos hacemos daño mutuamente
Por nuestra forma de pensar.
Y sin darnos cuenta,
Nos hundimos uno al otro
Intentando ayudarnos a salir
De un mar de fracasos y desengaños.
Mi familia,
Son un mas del montón
Que reniegan lo que hago,
Recibiendo de ella solo desengaño.
Y en sus más de los casos
Humillados y ofendidos sin razón.
No importa si el humillado soy yo,
Pues sé con quién cuento.
Me importa y duele que sea mi madre
La que reciba esa humillación,
Que siendo su sangre
La tratan como les place.
JUSTICIA ES DIVINA.
Sin amigos, sin familia
Y sin esperanzas,
Solo con un pensamiento
Que me hace reprimir en el pasado,
Y en una vida apuñaleada
Una y otra vez
Por quienes no saben nada de mí.
Yo solo naci, solo he de morir.
Quiero gritar, quiero llorar.
Pegarle al mundo si es posible,
No es suficiente pegarle a las paredes,
No es suficiente gritar en pensamiento,
Ni tampoco lo es llorar en pensamiento.
Me reprimo más en el dolor.
Ya no sé lo que es felicidad,
Pues de niño me la quitaron.
No sé ni lo que es alegría,
No alcanzo ni a mirarla.
Las voces de la conciencia se han unido para callar.
Y un Dios que encontré,
Ahora se me esconde,
Dejándome aun mas solo
De lo que me encontraba.
Pero aun tengo fe,
Aun creo en el
Y espero a que venga por mí…