Yo no soy Drácula pero
quizá debiera morder en el cuello
a estas dos palabras y
que se desangren.
Dejarlas abandonadas en un contén o
amarradas en la vía del trole.
Meterlas en una bolsa oscura y
lanzarlas al Machangara
no se.
Quizá debiera
invitarles a la disco, y allí
drogarles, apretarles el cuello hasta verlas caer de rodillas
entre los idiotas que saltan.
Disculpen tanta violencia misuu
disculpen si olvidé los consejos de mi madre, el budismo zen, los evangelios.
Pero algo tengo que hacer, entiéndenme
Quizá debiera llamar al 911
y denunciar a estas dos palabras
que me laten peligrosamente
todos los días
cuando me acerco.
En verdad
tengo mucho miedo de que ella
detenga un segundo en mis ojos
y las lea.