Cuando marzo agonice
y muera el verano vil,
entre luceros nocturnos
se escribirán meditabundos
historias de un preludio en abril.
Nacerá el otoño entre abrojos
en sosegado lamento y cielo gris
perfilando sinuoso en los ojos
el matizado recuerdo de un desliz.
Imprudente y en tono brumoso
trepidando el invierno surgirá
queriendo siempre entre congojo
abatir al hombre pero Él...resistirá.
Presurosa vendrá la primavera
irradiando un albor de esperanza
revestida de arpegios y quimera;
incitando emociones y bonanza.
Y el hombre fiel mortal...herido,
con carácter fiero y perturbado,
renacerá de la sombra desprendido
motivado por un amor desesperado.