Capítulo tercero.
Soledad….como te odio!
Corazón entrometido
siempre me haces perder
la realidad.
No ves que la razón
todavía está presente,
dejándome escoger
mis batallas.
Este búnker,
donde mis inquietudes
se contienen,
me representa un refugio,
tengo….mucho más que otros.
A mi sombra
….le sobra espacio,
mi indice
ya no puede señalar a nadie.
Me escondo del pasado,
ahora ya no espero
adentrarme en un futuro,
que no es más que
un día a la vez.
Mi caminar, se ha vuelto lento,
mi sombra….ya pronto
me alcanzará.
Cuantos que hemos llegado somos conscientes
que muchos
se han quedado atrás….rezagados.
Solo son parte del equipaje….pero están ahí!
junto a todas esas vivencias
que atesoramos.
Son parte
de nuestros recuerdos.
Son la historia
de una vida larga,
llena de amor, alegría, dolor y sufrimiento.
Un camino andado,
senderos sin rumbo
donde transitar
era un reto,
sin poder retroceder
donde….no se quería llegar.
Los días, se convierten
muy rápido en noches
siempre con ansias de vivir
el amanecer,
el nuevo día me sorprende.
Como será….después,
cuando mi búnker
sea solo un catre, una cama
y mi mente como refugio
haya abierto sus ventanas
y no pueda presentar defensas para ser selectivo.
Dios mío!….como será.
Cuando el color
de las paredes
sea lo más importante,
cuando la visita que se espera
se tarda en llegar
cuando añoremos
una palabra
llena de bondad
que no se escucha
y cuando finalmente
el día acabó
la visita no llegó
….ya mañana
habrá tiempo
para esperar.
Dios mío!….como será.
Vida….si te debo algo, apresúrate,
me lo cobras,
pues, para luego….será tarde.
Amigos míos.
D.R.A.
Carlos H Ojeda Behr.