Te he dicho
que te quiero
hasta el cansancio,
que deseo regreses
de nuevo junto amí
aunque soy culpable
por no haberte creído,
hoy te pido arrepentida
que vuelvas otra vez.
Cimentemos las bases
y constuyamos un puente,
donde solo tú y yo
lo podamos cruzar
dejando tras nosotros
lo que nos ha hecho daño
y cerrandoles el paso,
a todos los que quieran
nuestro amor perturbar.
Y cuando estemos solos
después de haber cruzado,
un castillo de amor
vamos a edificar
y allí en los albores
de cada amanecer,
sonarán las campanas
celebrano el encuentro,
de un amor que vulve
de nuevo a renacer.
Quizás te estoy
pidiendo demasiado,
y tal vez, tú me
quieras castigar
pero si Dios a los
arrepentidos los perdona,
porqué tú, que eres humano,
no me puedes perdonar.
Puede ser que todavía
estén abiertas tus heridas,
que con mi terquedad,
yo te pude causar
pero quiero que entiendas
que el errar es de humano
y que es de humano también
aprender a olvidar.