Poesía nocturna, vestida de blanco y plata me sonreiste, todas las noches espero por mi dulce Selene...
Pero aún...
La soledad está en mi piel, una vida que está condenada por las cadenas de la realidad...
¿Me dejarías ser tu Endimión?
Yo me lavaría en tu luz de luna y dormiría en paz, encantado por tu beso en un sueño eterno...
Pero hasta que nos encontremos, yo vivo por esa noche, esperando el momento en que dos almas se entrelacen...
En el comienzo de un nuevo día, mi esperanza es inútil, las sombras desaparecerán y yo siempre estoy en la penumbra sin ti...
Sereno y silencio cielo, los rayos de la marea bailan con la luna. La vista perfecta, un mundo divino...
Y yo...
El chico más solitario de esta vida, siempre esperando, buscando mi rima, sigo sólo cuando muere la noche...
En silencio miento con una sonrisa en mi rostro, la apariencia engaña y el silencio traiciona...
Mientras espero esa noche, mi sueño se hace realidad...
Siempre fuera de mi vista, pero nunca fuera de mi mente...
Y bajo una triste luna sigo esperando por ti, sólo contra la luz...
La soledad soy yo...
Al final soy esclavizado por mi propio sueño...
Al final aquí no hay ninguna alma que sangre por mí...
Escondido de la luz del día, estoy encerrado en mi cueva, atrapado en un sueño que poco a poco se convierte en una pesadilla... Dónde estoy completamente sólo...
La vida está permitida cuando sólo eres un sueño...
El libro sigue abierto y las páginas están tan vacías como yo...
Me aferró a una esperanza que empieza a desaparecer, tratando de quebrar está desolación que odio...
Pero hasta que nos volvamos a encontrar, yo vivo por esa noche, esperando el momento en que dos almas se entrelacen...
Y en el comienzo de un nuevo día, mi esperanza se acaba...
Nunca nos vamos a encontrar, sólo la miseria y yo...
Este es mi llamado final, mi caída...
Ahogandome en el tiempo me convierto en la noche...
Y con la luz de un nuevo día voy a desaparecer...
La realidad corta muy profundo...
¿Sangrarías conmigo?
Mi Selene...
Eddy Jurado.