A Laura Marina
Me gusta amar, cuando amo,
de manera deslumbrante,
saco mis sinceridades
asolearse, por las calles,
no hay rincones que no cubran,
ni sombras que no se vayan...
¡Cuánto disfruto este amor,
que me impregna y se derrama!.
Lomas del Valle, se llama
el lugar en donde habita,
más que una diosa, una hermana,
una alma pura y sin máscara
llamada Laura del Mar,
que le encanta especular,
con la vida de los santos,
que escriben en el papel,
lo que les sale del alma.
Y por Dios, que lo hace bien,
más que bien, lo hace mejor,
lo que no hace por cariño,
ella lo hace... Por amor!
No es que me cause estupor
tantas cualidades juntas
en una sola mujer,
pero me cuesta creer,
que una cosita tan linda,
me llegaría a querer.
Mil gracias Laura querida,
por dejar que me mirara,
en tus ojitos de ensueño,
porque estrechara tu mano
blanca, delgada y austera
y que escuchara en tu voz
los lamentos de este viejo,
que te quiere a su manera,
con este amor que he sacado
asolear, aquí, no más,
en la acera.