En veces me odio
por ser mi peor enemigo,
empero, por este motivo
amarme más debo.
Hipócrita el que ama a su hermano
pero odia a su enemigo
incluso siendo el mismo.
Aunque esta tirria a mí dirigida es culpa mía
señales para cesar, hartas, Dios me ha dado ya
mas sigo ciego, privándome de dirección
\"¡Ágape!\", se escucha en lo hondo de mi corazón.