Siempre supe que la vida
es un torbellino, y que cada
mente es un huracán que arrasa
con todas las siembras que se puedan
cosechar; pero también sé que las manchas
del corazón actúan como espinas
lastimando lo más creíble de la vida;
y siempre supe que la voz
no sale de los labios sino
de un pensamiento que te habla
en silencio.
Y así son los huracanes de la vida,
dejan tormentas que solo
la poesía cura a través de sus letras...