Faz

No te enamores de mi...

Aunque mi subconsciente busque amor.

Yo huiré de eso.

Y es posible que de vez en cuando, cuando me mires, te brillen los ojos y piense:

Que eres tú.

He buscado el amor de mi vida en millones de miradas desconocidas,

que siento conocer a quien de la nada se acerca.

No logro entender aún que el amor no se busca 

no se atrapa ni se fuerza...

Y si estás leyendo esto, es porque no lo eh encontrado...

Yo no creo que el amor sea algo para probar, ni experimentar con cualquier físico.

Creo que se encuentra en la magia de cómplices miradas que se buscan admirar más.

Si algo eh aprendido, es que el amor es aquel que sobrevive a la muerte de las mariposas...

De hecho Faz ah encontrado que hay un estudio que dice que el \"Pre Amor\"

dura una media de uno a dos años,

a lo que queda se le llama Amor...

qué irónico darse cuenta que es la mayor duración 

de las relaciones de este siglo,

¿será que todos nos hemos acostumbrado solo a un Pre Amor?

Será que no pasamos de ser parte simplemente de la lista de una colección de caprichos

que tuvimos y pasaron de moda junto a la temporada de verano.

Creo que todavía no estoy preparada para apostar por esas mariposas.

Por eso no quiero compromisos ni ideas de falsos \"Para siempre\".

Así que, cariño no te enamores de mí,

De verdad.

No lo hagas porque aunque me muero de ganas de que lo sientas, y me hagas sentir

aunque solo fuera por una vez algo normal, algo lindo que recordar, 

tarde o temprano lo acabaré haciendo, 

lo acabaré arruinando.

No podré darte todo el tiempo que mereces.

Algún día cualquiera, querrás ir a tomar algo y yo estaré demasiado ocupada.

De repente empezarás a querer hacer una rutina conmigo y te diré que estoy cansada,

que lo siento que tal vez la semana que viene.

Tarde o temprano me darás a elegir y yo te tendré que decir Adiós.

Aunque sé que muero de ganas de que alguien comprenda estas líneas y

descifre el mensaje oculto y me de lo que necesito.

Lo siento.

Aprendí a amar así.

Por eso decidí protegerme en una ocupación constante.

Porque si no inviertes tiempo en algo que te pueda romper, no te romperá nunca,

y no terminarás por autosabotearte.

Quizá eso le pasó al que me enseñó hacerlo.

Soy nocturna sabes, no las que se emborrachan y salen todas las noches.

Pero sí las que se encuentran mirando la luna y se inspiran de madrugada.

Dudo que tengas ganas de una sola noche a las 3 de la mañana.

Así que lo siento.

Por eso no te enamores de mí...

No cometas el mismo error que cometí, de verdad.

Y si bien quiero compartir mi tiempo contigo, no quiero que te enamores

no quiero que seas mío ni yo ser tuya.

No quiero que haya un nosotros ni ningún tipo de vínculo que pueda

hacernos llorar en distintos momentos.

Ahórrate demostrarme que eres el indicado o que soy diferente a las de tu lista.

No quiero saberlo,

¿pero sabes que sí quiero?

Quiero magia...

quiero que me vuelvas loca.

Que me lleves a diez mil kilómetros recorriendo carreteras perdidas y desconocidas.

Que suene una canción que tengamos en común, porque es lo que tiene que sonar.

Y como buen traficante de adrenalina quiero que seas mi droga.

Que revuelvas mi alma en mi estomago y la saques de paseo en cada suspiro.

Quiero hacerte especial y serlo para ti también.

Porque no soy de ir de cama en cama ni de boca en boca.

Y no, no somos menos importante,

no es menos importante nuestra química, por no ser el amor de nuestra vida.

Prometo escucharte, abrazarte, mirarte suave y hacerte el amor.

Solo te pido que no me hagas daño, 

no me muerdas el corazón y no intentes de mi enamorarte.

Pero sobre todo...

sobre todas las cosas...

Quiero ser la loca de la que te acuerdes, cuando tus nietos te pregunten:

¿Abuelo, crees en la magia?

Y sí...

Tal vez me hagan falta los domingos de compañía.

Pero me importa más que seas un enamorado de la vida.

Quiero un loco, un loco que me de problemas graciosos de resolver.

Que me inspire, que me vuelva más loca o menos cuerda.

Pero cielo, no te empeñes en enamorarme, porque esta niña

ya no cree en el amor.

Aunque si quieres, puedes probar y demostrarme

que no eres el niño que creo que eres.

Y así, tal vez pierda.

Y con suerte tú...

Acabes ganando.