Me despertó
el sol, que en la ventana
anuncia el día.
Quise seguir
ajeno a la llamada
del astro rey.
Pero sus besos
rozaron mis cabellos
para animarme.
Abrí los ojos.
Y vi, en el sol, los versos
que precisaba.
Te vi a ti,
pequeña mariposa
volando tierno.
Me estremecí
y entonces mis sentidos
cobraron vida.
Fui hasta el cuaderno
y en él dejé las letras
que ahora te envío.
Pequeños versos
que llamo \"mariposas\"
porque suspiran.
Dicen tu nombre
que vibra en mis latidos
y corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/22