Noche divina que me trae tus besos
sembrándome la boca de luceros,
tejiéndome la piel con tus caricias
curando mis heridas y mis miedos,
iluminando mi alma con tus ojos
acariciando el dolor hasta envolverlo
en la seda amorosa de tu cuerpo
y trocarlo en el fuego del deseo.
Noche de amor, ternuras compartidas
silencio intenso en que habla en corazón
y los susurros son ecos de tu aliento
que entre mis labios resuenan con fervor.
Noches eternas bajo un un jardín de estrellas
sabanas santas que envuelven nuestro amor
tierno aquelarre, envidia de Selene
que languidece sin encontrar al sol
mientras las aves descansan en sus nidos
la aurora estrena un nuevo resplandor