Lléname de amor, mi vida,
alúmbrame, inmenso sol;
revive mi corazón
con tu ambrosía divina;
eres mi única alegría,
me arrancaste ese dolor,
ese llanto que me dejó
amenaza que aniquila;
me enriquece tu ternura,
me fortalece esa miel;
eres esa blanca espuma,
ese supremo placer;
acaba ya tantas dudas
renovemos lo que fue...