Estaba...
En un viaje del que aún no vuelvo
Luego de que tu boca sellara tiernamente mis labios,
En un beso de eterno silencios
Sin distancias ni espacios ni tiempo.
Estaba...
Completamente entregada,
A las suaves caricias que tu piel de mi cuerpo ansiaba.
Mi alma era una fuente donde tu espíritu se bañaba, y lentamente fuimos uno, hasta ya no debernos nada.
Al abrir los ojos supe, que la fuerza del deseo te trajo a mis sueños para que los desvelaras.
Y así me quedase a dormir por siempre para más nunca me hicieras falta.