Cómo no voy yo a querer sacarte de mi vida si cuando dije que te extrañaba al día siguiente de que me hayas dejado roto, inconclusas y despellejadas las ideas del amor... me dijiste que vos también. Pero que estabas mejor así.
Cómo no voy yo a querer sacarte de mi vida físicamente. Físicamente porque existes en todo. Estás acá y no logro sacarte con nada. Vives en la perpetuidad de mis poemas y serás eterna e idealizada en los libros que te siguen.
Cómo no voy yo a querer sacarte de mi vida físicamente, sí antes de que subas a esa estación de tren un reflejo de mi alma te dio la mano como queriendo hablarte; cómo pidiendo auxilio. Me dijiste que lo deje, que no lo hiciera más difícil.
Cómo no voy yo a querer sacarte de mí.
De mi vida.
De vos.
No será la primera vez que me hayas roto el corazón.
Cuanto me he roto por quedarme.
Cómo no voy a sacarte de mi vida, si cuando menos parecía un día de flores me dejabas en las noches durmiendo solo, triste y vos en el colchón de abajo o en la habitación siguiente. Cómo lloraba yo esas noches.
Solo quería enredarme a vos.
Es que mi corazón ya no podía no acercarse menos.
Era como si quisiera pegarse al tuyo: ser uno mismo. Mi sangre quería ser tu sangre. \"O\" Negativa...
¿Cómo no querer intentarlo?
Compatible con todos pero con la opción de elegir.
En cambio: ¿Cuál habrá sido la tuya?
¿Será que tu sangre no es mi sangre?
Que yo pueda entrar en vos de cualquier manera pinchándote es injusto. Y que vos no puedas entrar en mí de ninguna manera por no ser mi negativa me duele.
Cómo no voy yo a querer sacarte de mi vida si en esa noche me dijiste apretados que yo merecía a alguien que me ame con todo su corazón. Ya pasó un año y estoy con esa palabra inamovible de mi mente entristecida. ¿Ella me amó? Me preguntó a deshoras.
Que inconclusas y despellejadas me dejaste esa noche las ideas del amor.