Matias 01

Tú no sabes…

Pienso mucho, ahora que voy juntando

mis disgregados trajes

y reposan mis sombras

al pie de sus zapatos jubilados.

Pienso conmovido, en la dicha

del polvo errante, ahora que los recodos

del camino son símbolos

de los latigazos en que se quiebra uno

en su destino.

Tú no sabes cómo duele ¿verdad, Señor?

Cuando una rosa se levanta

de nuestros huesos con ganas de encontrar

un alma.

Tú no sabes cómo se diluye la luz que sueña

con su estrella

desde el fondo oscuro de una letanía.

Tu si sabes de silencios ¿verdad, Señor?

Entonces sabrás oír un nombre

que navega silenciosamente

sobre las crestas de unos cristales rotos 

arrastrados por el aire.

¡No sé si son lágrimas de amor

o agua de mar huyendo del dolor!