jesus alberto porras

Las montaƱas

 

El horizonte de tu alma

donde inicia la mañana,

tu cuerpo de planicie,

dos montañas bellas,

una enredadera 

cae cubriendo las, 

  planicie aterciopelada,

 los besos dejan huella.

El alma acelerada,

 labios de cereza

hundiendo mi alma en un idilio,

vaga mi mente, 

suspiros y versos. 

Nuestras almas pegadas, 
las nostalgias, 

 sueños que atraviesan la conciencia,

voces de caricias 

en la piel apiñonada, 

dos seres entregando el alma.