Miedo que me acosa,
me mira en silencio,
me empuja a un abismo
donde encuentro cosas
que en el realismo
de inviernos pasados,
si todo era bueno
ahora estaría
el mundo ofuscado.
Miedo que la gente
se ponga violenta,
que nadie se esfuerce
en mirar la vida
con la gran paciencia
que te dan los años.
Nadie nos escucha,
todos nos molestan,
la gente se para,
la gente protesta,
la gente no aguanta,
la gente molesta.
La gente no es gente,
es una montaña d
e humanos muy raros
que no quieren ver
que acá hay un límite
donde nos juntamos
sin saber si el rumbo
que todo ha tomado
es un gran camino
con riesgo en la mano
hacia el corazón
del cariño humano.