Porque tengo la sensación
de vivir eternamente...
yo no tengo un corazón.
Tengo lunas que me acompañan,
yo tengo estaciones
que radian sustento.
Almas que deambulan y bailan, presencias que me acompañan
y nada más que humo en la cima,
viento y calima que las horas disipa. Perenne, árbol de añeja corteza,
laberinto tibio de puertas abiertas.
El tiempo viaja en mis entrañas
y no se compadece de la fe
que riego casi siempre.
Los amores duermen
con un sueño liviano,
traen fantasmas en la manga
y yo creo iluso
que los fantasma no existen,
que los amores son de piel y hueso
y además puedo sobrevivir
al calvario de la metamorfosis ...
Que ingenuo mi cerebro;
que ingenua mi barba semiblanca
que nada me enseña,
que se ríe como el viento de la horasca, como el sol dorado del hielo,
o como la hiena en el amor
que se ríe mientras
promete lo eterno.