Los ecos somnolientos
del Aragón Místico
retumban por las vastas planicies,
forjando la leyenda
de fueros y libertades.
Los cayados de los pastores
velan adormecidos
esta encrucijada de caminos.
Bajo el perpetuo reflejo
de los mapas celestes,
las virtudes del alma
cabalgan inexpugnables
y concéntricas.
Los espíritus labran en las calizas
sinuosas gargantas sin fondo,
desde los escarpes rojizos
hasta los valles desnudos.