Melancólica, triste estoy yo ahora.
Anduve paseando con mi mente,
y trascendiendo este cielo clemente,
por días alegres que, mi alma añora.
No se trata de días menos de horas.
Aspiraba una nota más decente.
Sería justo en un Adán clemente.
Quién, con sus palabras, todo decora.
Creí que sabías qué había en mi alma.
Cosas de amantes y de enamoradas,
que no sienten y hieren al mentir.
Dicho de viejos: en el amor, calma.
Por que, estas almas tan entusiasmadas,
se acostumbran a todo y hasta a mentir.