Alberto Diago

LA MUJER LATINA

Amar a la mujer latina

es amar , en verdad,

a la mujer que más fascina:

De la europea,

tiene la hidalguía;

de la africana, 

rasgos de hechicería;

de la indígena,

la laboriosidad;

de los cristianos

tomó la piedad;

del Caribe,

viene su alegría;

de los Andes,

el encanto de la tierra fría;

del Pacífico,

el canto y la melancolía;

y su pasión es... ¡salvaje!

como la Amazonía;

su temperamento es fuerte,

como del río, su torrente;

su amor constante

y como el sol, avasallante.

Amar a la mujer latina

es tener, en verdad, 

¡a la vez... la calma,

la gloria y la tempestad!

 

xE.C.