Las golondrinas hacen la maleta,
metiendo en su interior por equipaje
los restos del primaveral vagaje
y las postales de una tarde inquieta.
Estelas negras abrirán la grieta
por donde el nórdico emisario baje,
trayendo en sus alforjas el mensaje
del giro drástico de la veleta.
Enderezándole a la nube el rizo,
se alejarán de los inertes días
dejando atrás el vuelo quebradizo.
Los trenes sin paradas en umbrías
les mostrarán un alto pasadizo
para cruzar las estaciones frías.