La lluvia cae sobre nuestras cabezas pero no mojan nuestros pies, ya hay gente enferma de tanta falta de sinceridad, no es fácil dejar doblegar el alma, no es fácil llorar sin lágrimas, no es fácil besar y no sentir nada, no es fácil dejar de sentir y morir…
No quiero reflejar lo que no está escrito, no es hoy día de buenas acciones, no eres tu hoy el mensajero de grandes paquetes, hoy no son ellos los predicadores de buenos presagios… hoy simplemente eres ¡tú! Somos todos.
Nadando en un océano de rostros me preguntas ¿a dónde vamos? Y yo te respondo ¡vamos decayendo! Sin marchar, sin misericordia hay que dejar de ser para empezar a ser, hay que despertar para empezar a soñar, hay que ser seguidor para poder ser líder… dejar de sentir por los falsos y empezar a sentir por los buenos, personas buenas en lugares malos, rostros de desolación acompañados con una pizca, solo con una pizca más de desilusiones haciendo más amargo la sazón de cada día.
Dejar de sentir no es un crimen, para dejar de sentir hay que llevar una cruz muy pesada y marcas por dentro de la piel y llevando tallado el corazón con el cincel del tiempo para recordarte que siempre el dolor esta y que esa marca perdurara hasta que dejemos de sentir…