𝑆𝑜𝑝ℎ𝑖𝑎/𝑒.

𝑆𝑎𝑐𝑟𝑖𝑙𝑒𝑔𝑖𝑜.

\"Me abrazó con tanta fuerza que apenas podía respirar,
y, enredados, caímos a la cama juntos. 
La distancia entre nuestros ojos se acortaba,
no oía más nada que su lengua y dientes acometiéndome el pecho,
resistí al punzón de sus caninos en mi cerviz, 
ínterin, un objeto grande, duro y caliente perforaba mi endeble virginidad,
eyaculaba al ser empujado y enloquecía sin retraerse, 
una emocionante expectativa de volver a saborear el placer ridiculiza el significado de la santa castidad,
he renunciado, he consentido el acto torpe,
es mi culpa.
La bestial fuerza con la que movía su glande dañaba mis entrañas y alimentaba mi lascivia,
tan tormentosa e ilícita salacidad,
mis penosos ojos miraban hacia arriba en forma de plegaria, 
procuraba amparo, deprecaba socorro sin saber a quien\".