Pletórico de ensueños y confianza
un día decidí mi amor brindarte;
y lleno de ilusiones entregarte
mi vida, mi destino, mi esperanza.
Miraba nuestra dicha en lontananza
con esa esplendidez que puede darte,
la gloria mas suprema de embriagarte
con luz de gran pasión, que todo alcanza.
Mas todo se volvió podrido cieno,
después que conocí de las miserias
que llevas en el alma, cual veneno
que corre desbordante en tus arterias;
logrando que mi fe y mi amor tan bueno
quedaran convertidos en bacterias.
Autor: Aníbal Rodríguez.