Kapirutxo

 MORIR  CON  LA  BOINA  PUESTA (Réquiem por Juan Satrústegui) de Ángel de Miguel declamada por Agustín Satrústegui \"Kapirutxo\"

Todas las culturas tienen un día para recordar a sus muertos y para reirse de la muerte.

Hoy, día de Todos los Santos y de Halloween también se ha establecido por las Cortes Generales como día de memoria de las personas asesinadas y represaliadas por el golpe militar, guerra y posterior dictadura franquista. Mi tío Juan Satrústegui fué uno de los que sufrieron la guerra y la represión. El día de su muerte recité una necrológica escrita por mi maestro Don Ángel de Miguel,

El mejor maestro que he tenido

es Don Ángel de Miguel

porque nunca se ha creído él

que ya está todo aprendido.

 

 MORIR  CON  LA  BOINA  PUESTA

(Réquiem por Juan Satrústegui)

 

La boina, esa luna de azabache que corona las sienes de todos aquellos que sólo tienen la noche como herencia, ese nido de cálido fieltro donde cría su prole el ave aterida de la dignidad de los desvalidos, ese poema de versos circulares en permanente recital de sueños libertarios, ese lago de minúsculas orillas ovillado en los horizontes infinitos de la cabeza de los desheredados...

La boina, sí, también esa hostia negra que siempre comulgan quienes no pueden protegerse del hambre que produce la dieta de la intemperie, ese crismón laico de insólito diseño proletario, ese rosetón de pobre policromía y muy rico en acumular todos los colores del arco iris de la esperanza, ese capelo seglar experto en irradiar luz de aurora en el crepúsculo de los más humildes...

 ¡La boina!

Luna, nido, poema, lago, hostia, crismón, rosetón, capelo: todo ello lo acumuló Juan Satrústegui en su erguida prestancia de lírico ácrata hispánico, en su castiza pluma de escritor navarro, en su alma de “estellica de temple sin igual”.

Por eso, y por su terquedad en ser hombre a toda costa, por su fiera pertenencia a las personas que nunca renuncian a llevar la chapela de las costumbres más universales del pueblo, la dignidad no caerá jamás de su cabeza. Juan Satrústegui muere con la  boina puesta, que es como seguir viviendo en el corazón de quienes lo queremos y lo admiramos.

Y morir así es garantía de que ha recibido todas las bendiciones de su santidad la vida.

Ángel de Miguel

 Estella, 17 de febrero de 2017