Quizás mañana
Hoy, una vez más se ha despertado
con una mirada perdida en sus ojos,
¡le duele hasta el alma!,
por la paliza que recibió ayer
de su \"amado esposo\".
Y desde que se casó con él
sigue con la firme esperanza
de no recibir sus maltratos,
pero los moretones en su piel
dicen todo lo contrario.
Esta vez se ha pasado
dice entre susurros
para no ser escuchada por sus hijos,
y comienza la tarea habitual
queriendo cubrir
con maquillaje a granel
la huella despiadada de sus puños.
Y sigue diciendo ingenuamente,
quizás mañana, quizás mañana,
tal vez mañana venga de buen humor
y me dé un beso
en lugar de una bofetada.
Y así, pasó el tiempo
y el marido no cambió
su forma de actuar.
Pero ella siguió a su lado
siendo maltratada
y ocultando sus heridas
de su familia y sus hijos.
Y cada vez que era vejada,
seguía con el mismo pensamiento,
tal vez mañana él cambie
y me demuestre su amor.
Pero ese día nunca llegó,
y ahora está en un ataúd
siendo velada en una funeraria,
porque el monstruo asqueroso
a golpes la mató.
Ella se acostumbró
a su violencia
física y psicológica,
y por cualquiera
que haya sido el motivo,
nunca tuvo el valor
de abandonar a su verdugo;
quizás tenía miedo
de ser la comidilla del pueblo,
y ahora esa misma gente
dicen en su velatorio,
por qué no quisimos darnos cuenta
del infierno en que vivía
e hicimos algo para protegerla?
Ella ya no puede seguir
con la esperanza
de que su marido cambie,
porque la esperanza murió con ella,
y ahora él, tiene cadena perpetua.
Palabras del alma
26/ 11/ 2009 9:37 AM
Martha Humphrey©