Yo amo la lluvia, porque es una especie de refugio, la excusa perfecta para aislarme del afuera. Es un paisaje perfecto para enamorarse de la paz que entra por una puerta en lo que admiro al viento; los árboles bailando de un lado a otro, hojas desprendiéndose de sus ramas, la calle vacía y la soledad y el silencio saludándome una vez mas. Entonces, yo amo la lluvia porque es perfecta, limpia mi alma rota, me reúne con mis adorables libros y papeles en blanco, la tinta a un costado aguardando sentir la pluma hundiénsose en ella para luego lucirse en una obra. Yo amo la lluvia porque me llena de sentimiento disfrazado de inspiración, me lleva a ese momento en el que solo existe mi persona y mis ideas pueden fluir, y mi cuerpo se recarga, y mi mente descansa.
Me enamoro de ella libremente con la confianza de que será eterno, porque no lastima, no engaña, pues ella es callada y única.