Se avivan mariposas con blancura,
en sus alas brillantes, las sonrisas
se balancean sobre las premisas,
que soportan un mundo suspicaz,
un mundo temeroso, que retiene
en sus entrañas, siempre la esperanza,
como un faro encendido en lontananza,
porque llegue algún día la alba paz.
Paz que aderece el pan de la familia,
paz que pinte de estrellas la morada,
paz que no puede ser vilipendiada,
la salud, libertad, educación,
son estandartes fúlgidos, geniales
para lograr un mundo equilibrado,
por muchos humanistas figurado,
convertido en grandiosa concepción.
Nebulosas envuelven a este mundo,
lo cubren con su bruma cotidiana,
no existe la certeza meridiana
que engrandezca al insigne soñador,
pero los hombres probos aparecen
y luchan por la paz maravillosa,
utilizando el arma poderosa,
de asertivas palabras con amor.