¿Sabías no?
Que tú rostro es aún más hermoso con la luz del alba reflejándose en tu ya brillosa piel.
Y que tus labios han de ser el cortó camino que he de querer recorrer por un largo tiempo.
Y que tus manos sean las que pongan tibio mi cuerpo con sus caricias.
Ha de ser solo de tu mirada el poder de entumecer mi alma...
Así que con calma. Que ya te has vuelto indispensable para mí.