Me aventuro una vez más hasta tu sombra
tan llena de luz, con tanto abrigo
y descanso en ella mi presente vivo
que no viviría sin tu sombra.
Me aventuro a acercarme a tu costado
en este último tramo del camino
recobrando los bríos de otros años
que en otros caminos perdería.
Me aventuro a dejar que entre ese sol
aquel sol de esa tarde de Julio enaltecida
por el brillo iridiscente de tus ojos
que mirando mi mirada me llamaron…
a vivir este sentir definitivo.
A María Amalia Agüero Frías