Avanza oculto el hombre
con la razón cercenada,
sus manos tácitas cómplices
ostentan su cruel canallada.
¿De qué sirve el pensamiento
si una grieta quiebra el alma,
y se yerguen sin conciencia
las más terribles infamias?
El calor va socavando
la existencia en plena calma
y es el miedo en las pupilas
fiel reflejo de las brasas.
¿Qué es lo que hace superior
a la pérfida especie humana,
que se eleva vencedora
sobre aquello que profana?
El humo los amedrenta,
los confunde y los quebranta,
en tanto que la flama
va engullendo sus moradas.
¿Cuál es el entendimiento
si las razones no bastan,
de una raza que agrede
y sucumbe en su hazaña?
Solloza lacerado el monte
cuando las llamas lo abrazan
y el desconsuelo crepita
al devorarse su savia.
¿Es más atroz el incendio
o la indolencia arraigada,
si la desidia fomenta
lo que las voces se callan?
Oculta entre las cenizas
una semilla aguarda,
porque aunque el mal acontece
la vida siembra esperanza.