¡Pensarte me hace feliz!
Porque vuela el pensamiento
como vuela la perdiz
y también la codorniz
cuando va pasando el viento.
¡Pensarte es maravilloso!
Es como el azul del cielo
extenso, muy luminoso,
cuando el sol se pone brioso
y los pájaros en vuelo.
¡Pensarte es pura alegría…!
Desbordándose cual río
con el agua limpia y fría
que en su cauce bañaría
aunque muera yo de frío.
¡Pensarte es como la vida!
Sin la vida nada existe
ni aún el agua llovida
o la llama que encendida
en mi pecho tú encendiste.
¡Pensarte es como el reflejo!
Que se aloja en mi retina
como imagen del espejo
como rico vino añejo
que al beberlo me fascina.
Pensarte para olvidarte,
en la vida es contrapunto.
¡Nunca dejo de pensarte!
Y si has de ser la obra de arte…
¿Quién te pinta, me pregunto?
Pensarte en horas nocturnas,
alienta mucho el embrujo.
Y en todas mis horas diurnas
con mis manos taciturnas...
¡Yo te pinto y te dibujo!