Y vuela en el perfume de la tarde
abriendo su balcón en suave soplo
un suspiro de amor aletargado
que envía un corazón que lento arde.
Flama que no se ve, pero que existe
como tanto que existe y que no vemos,
magia de amor, hechizo, pensamiento
que brota de profundos sentimientos.
Paz de la paz, que en su palabra llega
dulce placer si la mirada roza,
cálido aliento portador de vida
que alimenta los sueños, gota a gota.