Anhelo
Habitar la vigilia
como un ensueño
donde el mechero
transmuta en rosa
y las palabras-aguja
ya no pinchan,
son la herramienta
para tejer escenas
de paz aterciopelada.
No es birra barata,
es hidromiel.
No es un burdo retrato,
es una epopeya.
No, no son cicatrices,
sino vestigios
del caos
que ya no es.
¿Por qué no escuchas?
Te dije que no es sufrimiento,
es aprendizaje.
No es muerte,
es el presagio
de un mundo nuevo.
No hay nostalgia,
hay historias.
No existe el vacío,
es hambre.
No existe herida,
es solo el cauce
de un río de sangre
que desemboca en tu arte
y allí se pierde,
perdonado por el olvido.
¡¿Por qué no escuchás, carajo,
Lo impide el ruido
Perdí mi luz
en este subterráneo refugio
buscaba paz pero
solo hay delirios
me invadieron sombras burlonas
que en la umbre acosan y
dulce tragedia
sacrifican mi libertad
de hoja seca, condenada
a las llamas
de la locura?!
Fénix
Tras el abrazo de las brasas,
se encontró
bajo el manto de un bajo
tocando un do sostenido
(tres veces sin respiro;
el tercero, un suspiro;
el cuarto),
sujetado apenas en el aire
como por finos hilos;
el silencio es su sino,
éste siempre gana
tras atacar cual
sigiloso asesino.
Entre cien preguntas
acata (quasi gil)
al oso asesino que,
de tan distraído y rumiante,
no vio andar campante
arrastrando sus patas
por el parqué del living
tras escapar del parque.
¡Corre, Thales, Corré!
Correcto,
tal es la corriente
el flujo
el flujo
de su vida
cuando súbitamente
entra en subida
la fiebre demente
que, inevitablemente,
posee su mente.
La vida misma enloquece,
y no es labia.
La vía al Cielo
es hacia abajo,
la ha visto
y ¡Ah la mierda!
La locura lame lascivamente
las alas rotas y él se deja
con habitual lasitud.
Mucho más no puede hacer.
Mañana marchitará el Ser
y otra vez a ser ceniza.
De Ceniza a Ceniza a Ceniza a Ceniza…
A ceniza a ceniza a ceniza.
Últimamente ni siquiera hay fuego
y, si quisiera jugar….
No puedo.
No puedo arder, ni creer en el arte.
¿Cómo voy a creer, si el viento repite hasta el hartazgo que es todo tan burdo?
Las flores ríen, en la niebla, como hienas.
Y el viento repite hasta el hartazgo que todo es tan burdo.
Es un círculo de hielo, una esfera de cristal sobre la que camino y me permite ver mi cuerpo caminando sobre todo punto fijo del tiempo. Ahí estoy, hace 4 años, igual. Ahí cuando pasen otros 10, idéntico.
Lo que no puedo encontrar es la llama (¿Quién mató a Prometeo?), desde la ceniza es siempre invisible, inaccesible, y es realmente obra de fuerzas desconocidas cuando aparece. El poder humano es tan pobre para estas cosas.
Y llamo en silencio, reclamo;
pero soy ateo…
Pará. Cierto.
Dije una estupidez.
¿Cómo va a ser poca
la fuerza humana?
¿Cómo va a ser alien
el arte
si de alguien viene
y hacia alguien va?
No es un objeto,
una inspiración divina,
un accidente de la vida.
Es voluntad, sentimiento,
interacción, catarsis,
juego, comunidad, belleza,
propósito, camino, libertad.
No importa si mis pulmones
están colmados de ceniza.
No importa si mi risa
se escapa por la ventana
cuando intento refrescarme
con el aire de verano.
No importa si la vida
no devuelve nada.
Para el arte solo necesito
lo que llevo dentro.
No son delirios,
sino ensueños conscientes
lo que persigo.
No me hacen falta rosas.
Me sirve mi mechero.