Fabricio Terán

Pupila

 

Si nuestro amor se quedara niño,

te imaginas, por qué lares nos perderíamos

sin darnos cuenta… apenas de las cosas

que destrozan las piedras del mundo.

Amada mía, qué nos aparta del sendero

que nuestros ojos a la vez apartaron…

La vida siempre ha sido dura,

como perder la sonrisa inmediatamente después

de algún dolor, de alguna decepción.

A diario estamos como en medio de un aguacero

turbio; a diario más yo… sin tus brazos rodeándome

la tristeza que, por primera vez, pudo ser dicha tibia…

Frente a tus ojos, hermosa… Como una ciudad

de buganvilias; volver a tu sensual inocencia

es el anhelo, para contemplar (en) el brillo

de tu amor, proyectado desde tus ojos…

Y ya nunca volver a mirar atrás.