Como la canción que apacigua,
en la profundidad placentera,
como el agua mansa y tranquila
que me moja, y que me observa,
nada más en tus bellos cristales
contenidas tus ansias con locura
¡Qué lujoso
detalle!
¡qué calma ¡
Imposible sosiego
y ganas de decir, y otras ganas
detenidas palabras
atravesadas en la piel, que desnuda
la blancura
y se agita delicadamente
la dulzura.