Cinco minutos de vida,
Le quedan , al poeta que me acompaña,
Alma exhausta de cocaína y alcohol helado .
Adulterada la memoria, con mis manos,
Te alcanzaría la Luna
De no pesarme tanto el equilibrio y la impaciencia.
Te sonreiría eternamente,
De saber cual de tus bocas desconocidas
Me entiende.
.
Cinco inteligencias llevo perdidas,
Acariciando el color de tu traje,
Intentando descifrar de cual flor,
Es el olor a humo, de tu arcoiris pelo.
.
Siento que mi corazón ya no late
Y tus labios lo intentan , pero no dicen nada.
Solo se amartilla en mis sienes
Con ese silencio imposible
De un gúgolplex de watios
.
En cinco minutos, se me acaba el alma,
Que con tanto empeño te buscaba
Entre los lugares equivocados.
Se me acaba el alba y la sangre sana
La paciencia de mi cama intacta.
.
Seguiremos siendo,
Tan desconocidos como la memoria,
Que los vicios expanden y desconsuelan