Entre avenidas furiosas y recintos olvidados te busque,
Y era en vano porque tu no pertenecías al sólido paso a pie.
Me revivió la manera de saber que decidiste ser eterna en un solo lugar.
En el mar.
Siempre deseaste sumergirte en el y ser inmortal.
Porque de ella provienes y para llegar tenia que rebelarme en contra mía.
Entender que era y es muy extenso el mar, es algo que tenía muy en claro,
Pero eso ya no tenia importancia, aprendería a nadar y a comunicarme con los peces, a no mirar atrás.
Así que decidido, a cumplir mi cometido me adentre a las fauces de un mundo desconocido.
Quien me dirá que no tengo la fuerte convicción de encontrarte algún día.
Y al hacerlo entre las aguas mas lejanas donde acaba el mundo y comienza otra vez, tu me enseñaras a rezar.
Yo rezare contigo y El desde lo lejos sonreirá.